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Origen e Historia de los Juegos de Naipes

Fecha: 19 de Noviembre de 2015

Fuente: www.ecured.cu/Naipes

Breve historia sobre la procedencia de las barajas usadas en la actualidad para los juegos de cartas más conocidos

El origen de los naipes o cartas de jugar aún no ha sido establecido con precisión, a pesar de los grandes esfuerzos empleados en ello por los investigadores. Determinar la forma y el momento histórico que definen el origen de los naipes se ha revelado como una tarea enormemente compleja. Sin embargo, parece que encontrar al inventor de los naipes y explicar cómo se extendieron de un país a otro por todo el mundo debería ser una tarea más fácil.

Después de todo, los naipes cuentan con poco más de 600 años de existencia en Europa: los primeros testimonios de naipes europeos son de finales del siglo XIV. A lo largo del siglo siguiente se extendieron por Europa con una enorme celeridad y, sorprendentemente, es posible conocer esta expansión no por los mismos naipes, sino por las numerosas prohibiciones de que fueron objeto los juegos de naipes en todo el continente. Aunque no se ha podido conocer con precisión cómo se produjo esta rápida expansión, sí se conocen algunos de sus hitos, por medio de los cuales se han aventurado diversas teorías que descubrimientos posteriores han confirmado o desmentido.

Historia de los juegos de cartas. Edad Media

Primeros naipes del Oriente

Los naipes llegaron a Europa procedentes de Oriente, pero no como un objeto tangible, sino en forma de descripción en los relatos y textos de distintos viajeros. De este modo se expandió por Europa la idea de los naipes, que generó posteriormente los diversos modelos de barajas «nacionales».

Historia de los juegos de naipes. Tarot Chino

En cuanto a las vías por las cuales los naipes llegaron a Europa, también se han aventurado múltiples teorías. En un principio se adjudicó su introducción a los árabes, que tantas cosas trajeron a Occidente, pero los árabes no tenían cartas, ni su religión les permitía reproducir imágenes antropomorfas. En realidad, el único juego de cartas «árabe» conservado es turco. También se ha mencionado a los gitanos y sus barajas adivinatorias, pero cuando las grandes migraciones gitanas llegaron a Occidente hacía tiempo ya que las cartas eran sobradamente conocidas en Europa. Los naipes o cartas para jugar se han atribuido asimismo, a Marco Polo, quien los habría traído de China, pero parece que Marco Polo no llegó a China y que todas las historias que de allí contó las había oído en Oriente Medio. Otras teorías atribuyen la expansión de las cartas en Occidente a las Cruzadas, e incluso, durante mucho tiempo circularon historias atribuyendo la invención de las cartas a ciertos personajes (Vilhán, Nicolás Papin), que en muchos casos resultaron ficticios.

Naipes europeos

Tradicionalmente ha existido un gran interés en demostrar el origen europeo de las cartas de juego. Se trata sin duda de un esfuerzo algo paradójico, cuando, como parece generalmente admitido, la idea de los naipes procede de Oriente. La respuesta a este enigma es sin embargo muy sencilla. La mayoría de las cartas utilizadas actualmente en todo el mundo son, en su concepción y características -cuatro palos, una serie de cartas numerales y tres figuras- de estilo europeo, así como la mayoría de los juegos de cartas (considerando que la mayoría de los juegos americanos y australianos también son de origen europeo).

Las cartas llegadas de Oriente evolucionaron en Europa y desde este continente se expandieron hasta el último rincón del mundo, principalmente por medio de las barajas española e inglesa. Una muestra de esta influencia puede observarse en Japón, donde las misiones luso-españolas del siglo XVI introdujeron, entre otras costumbres, el juego con las cartas de la baraja española, en especial la variante portuguesa. Así, «carta» se convirtió en karuta, «copas» en koppu, «oros» en oru y «caballo» en uma (literalmente, «caballo»). En Indonesia, la palabra «carta» se convirtió en kertu.

Historia de los juegos de naipes. Baraja italiana

Fueran una creación europea o procedieran originalmente de Oriente, lo que sí parece claro es que las cartas iniciaron su expansión a través del continente europeo desde Italia. Por lo menos de ese país proceden los ejemplares y testimonios más antiguos. De Italia pasaron rápidamente a través del sur de Francia -o directamente a través del reino de Nápoles, entonces perteneciente a la corona aragonesa- a Cataluña y el resto de la Península Ibérica. Las cartas de juego se extendieron hacia el norte hasta Francia y Alemania, dando origen a las barajas nacionales de ambos países. Desde Francia los naipes pasaron a Inglaterra, donde el modelo francés adoptaría la forma de la que actualmente se conoce como baraja inglesa.

Excepto en el caso de esta última baraja, que fue llevada físicamente desde Francia hasta Inglaterra por los impresores y grabadores franceses, parece que las cartas de juego se transmitieron a través de las noticias y descripciones de los viajeros que cruzaban Europa. Ello explica el surgimiento de los diversos modelos de baraja europeos.

Tipos de Barajas
Baraja española
Baraja española

La baraja española es única en el mundo debido a la ausencia de la reina y a la riqueza de sus diseños. Sus figuras son de inspiración medieval y sus palos representan a los estamentos más importantes de la época, comerciantes (oros), clero (copas), nobleza (espadas) y siervos (bastos).

Consiste en un mazo de 48 naipes o cartas, clasificados en 4 "palos" y numerados del 1 al 12 (en la de 40 naipes, faltan los ochos y los nueves). Ciertos mazos incluyen además 2 comodines. Las figuras de la baraja española correspondientes a los números 10, 11 y 12, y se llaman "sota", "caballo" y "rey" respectivamente y, a diferencia de la baraja francesa, se representan de cuerpo entero.

 Baraja alemana
 Baraja alemana

Existen dos tipos de baraja que pueden incluirse bajo la calificación genérica de baraja alemana. Por una parte está la baraja de 52 cartas, versión alemana de las barajas francesa e inglesa, y por otra la baraja de símbolos alemanes, que suele constar de 32 o 36 cartas

La baraja de 52 cartas consta de los conocidos cuatro palos de tréboles, diamantes, corazones y picas. Cada palo está compuesto por 13 cartas: as (A), dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez, más las tres figuras, que reciben el nombre de Bube (B), equivalente al Valet francés y al Jack inglés; Dame (D), equivalente a la Dame francesa y a la Queen inglesa; y König (K), equivalente al Roi francés y el King inglés. Los dibujos de estas figuras son los que aparecen más elaborados en los tres tipos de baraja alemana. En muchos casos se trata de auténticas obras de arte que se enmarcan en la tradición de los grabadores germanos, considerados entre los de mayor prestigio de Europa.

Baraja suiza
Baraja suiza

Se trata de una evolución de la baraja alemana que se caracteriza por la diferente simbología utilizada para señalar los palos. La baraja suiza tiene las mismas figuras -König, Ober, Unter- y elementos que la baraja alemana: bandera en lugar de diez, ausencia de ases y un especial papel honorífico de los doses en el diseño y en el juego. 

Sin embargo, los palos de la baraja suiza incluyen escudos o blasones en lugar de corazones, y flores en lugar de hojas. Se mantienen las bellotas y los cascabeles.
Baraja francesa
Baraja francesa

La baraja francesa es el antecedente inmediato a la inglesa, la de poker, esto es, la más usada en el mundo anglosajón y elemento fundamental en el funcionamiento de casi todos los juegos de casino. Está formada por 52 naipes, divididos en cuatro palos: corazones, diamantes, picas y tréboles

 Su historia se remonta hasta el siglo XV, aunque las teorías difieren a la hora de determinar su origen geográfico, si su creación está influida por la baraja italiana (por lo artístico de sus figuras) o por la alemana (por lo esquemático de sus palos). Poker, blackjack, baccarat, todos los juegos occidentales hacen uso de esta baraja.

Como casi siempre sucede, la evolución de la baraja francesa a la inglesa se produjo por accidente: en 1628, para favorecer la fabricación interna de naipes se prohibió la importación de las reputadas cartas francesas; los grabadores ingleses, menos talentosos que sus colegas continentales, optaron por unos trazos más sencillos. Durante las décadas siguientes, con el voraz colonialismo británico, la baraja inglesa se convirtió en la más usada en el mundo entero.

 Baraja inglesa
Baraja inglesa

La baraja inglesa es una derivación de la baraja francesa, por lo que al igual que ésta consta de 52 cartas que se agrupan en cuatro palos de 13 cartas cada uno: corazones (hearts), picas (spades), diamantes (diamonds) y tréboles (clubs). Picas y tréboles son palos negros, mientras que corazones y diamantes son palos rojos.

Los nombres de los palos rojos guardan una evidente relación con los signos que los representan. También existe una correspondencia entre los nombres castellanos e ingleses de estos palos. Sin embargo, resultan algo sorprendentes los nombres ingleses de los palos negros: el trébol se llama club (palo) y no clover o trefoil, y la pica, representada por una hoja lanceolada, se llama spade (pala) y no pike o lance. La razón quizás se encuentre en la extraordinaria influencia que tuvieron en Inglaterra el juego español de El Hombre y los palos de la baraja española: de «espadas» derivó spades (para las picas) y el nombre inglés de los «bastos» (clubs) se utilizó para denominar el palo de tréboles. Como en la baraja francesa de la que deriva, las 13 cartas de cada palo de la baraja inglesa están formadas por 9 cartas numerales (del 2 al 9) y 4 cartas literales: el as (A), la jota o Jack (J, similar a la sota), la reina o Queen (Q) y el rey o King (K).

Una baraja inglesa actual puede verse que el rey de corazones parece ocultar una espada detrás de su cabeza. Originalmente, esta espada era un hacha que mantenía levantado en actitud amenazadora. La figura de este rey empuñando el hacha hizo que muchos vieran en ella el retrato del rey Enrique VIII y una alegoría de su sangrienta historia; sin embargo, el diseño de la figura es anterior a ese rey. Las cuatro reinas sujetan flores en sus manos, pero la de picas (spades) tiene además un cetro, que parece ser un recuerdo de la espada original. Una última particularidad de las figuras inglesas es que las hojas que sostiene el Jack de corazones en su mano derecha derivan de la empuñadura de la espada que sujetaba en un principio.

Actualidad

En la actualidad las barajas han perdido todo el poder simbólico del que estaban cargadas en los siglos anteriores, y sus figuras y particularidades perviven como testigo de un sublenguaje que las futuras generaciones probablemente ignoren. Aunque seguirán jugando, porque jugar es la esencia del ser humano. Así lo han comprendido multitud de firmas, empresas e instituciones, que en su afán de extender su imagen en un mundo marcado por la publicidad y la marca corporativa, muchas veces han optado por la baraja de cartas como un elemento más de merchandising.

La mayoría de las veces ha sido de manera muy sencilla, ilustrando el reverso de la carta con el logotipo del banco o marca de puros correspondiente; otras veces la innovación va más allá, creando todo un diseño nuevo para la baraja, adoptando motivos novedosos. Algún ejemplo hermoso podría valer para finalizar esta pequeña hagiografía del naipe, como las series especiales creadas por la histórica marca vitoriana Fournier para equipos de fútbol, la revista El Jueves o la exitosa Kukuxumusu.

Baraja española edición Kukuxumusu

http://www.ecured.cu/Naipes